Pues no. Hombre, mientras anduvimos coqueteando con la posibilidad de que fuese Rumania nuestro próximo rival en cuartos, pues mira, para que engañarnos, todavía pensaba que esta sería la Eurocopa que podríamos superar esa barrera infranqueable de cuartos. Con posterioridad al tercer partido de primera ronda, y tras confirmarse que sería la selección transalpina la que se nos presentaba en el próximo cruce, pues oiga, hasta aquí hemos llegado.
- ¡¡Coño, pero que siesso que’s usté!!
- ¿Siesso? Pues no.
¿Pero quien se sigue ilusionando con la selección? Parece mentira. Basta que lleguemos a una Eurocopa o Mundial y superemos con más o menos soltura la ronda clasificatoria, para que más de media España sueñe con una selección campeona. Luego la frustración. Y una competición tras otra, cada dos años, más de lo mismo.
Y eso que desde que Marcelino consiguiera para la roja aquella Eurocopa del 64 en el Bernabéu, no hemos vuelto a mojarnos los labios con miel que valga (salvo aquella final del 84). Fue ante la Unión Soviética, a la que vencimos por 2-1, y habiendo dejado en el camino a Rumanía, Irlanda del Norte y Hungría. A partir de ahí, nada.
No nos volvemos a clasificar para una fase final de una Eurocopa hasta 1980, donde no superamos la ronda previa, empatando con los anfitriones, Italia, pero perdiendo con Bélgica e Inglaterra.
En el 84, y tras obrar el milagro del Benito Villamarín, se conseguiría la segunda mayor gesta de la historia de nuestra selección. Empatamos contra Rumanía y Portugal y un “Macedazo” ante Alemania nos metió en semifinales contra Dinamarca. Fuimos mejores en la tanda de penaltis y nos encajamos en la final contra los anfitriones, Francia. En la final, Arconada nos devolvió a la realidad. Cantada y para casa.
En el 88 en Alemania Federal, la quinta del buitre cuajó una fase final desastrosa, ganando el primer partido ante Dinamarca 3-2, pero perdiendo ante Italia y los anfitriones. De vuelta a las primeras de cambio.
Para el 92 en Suecia ni nos clasificamos.
En Inglaterra 96, con Clemente en el banquillo y sin apuros en la fase de clasificación (Dinamarca, Chipre, Bélgica, Macedonia y Armenia), nos encajamos en la fase final empatando contra Bulgaria y Francia y venciendo ante Rumanía para clasificarnos para cuartos. Allí nos cruzamos con Wembley y los anfitriones, que en la tanda de penaltis nos prepararon los billetes de vuelta.
En 2000, en Holanda y Bélgica, nuevo chasco. Pésima liguilla perdiendo con Noruega el primer partido y venciendo tristemente a Eslovenia. Tercer partido épico ante Yugoslavia, que perdíamos por 3-2 en el minuto 92 y remontando con goles de Mendieta (penalti) y Alfonso. De nuevo Francia y de nuevo en cuartos, nos despertaron.
Para Portugal 2004 tuvimos que jugar repesca ante Noruega, que no sirvió más que para hacer un torneo ridículo, ganando 1-0 a Rusia, empatando con Grecia y perdiendo con Portugal con gol de Nuno Gomes.
Así las cosas, y a base de ilusionarnos cada dos años, volvemos a una fase final de una Eurocopa. Que sí, que hemos sido muy superiores a nuestros 3 rivales, Rusia, Suecia y Grecia. Que parece que tenemos una selección bastante aguerrida, de calidad y con individualidades de mucho caché. Que parece que se dan todas las circunstancias para hacer algo importante. Que a priori, España ha realizado mejor juego que Italia y que las críticas son más positivas que nunca.
Pero saben lo que viene ahora........cuartos.